¡Que caña tiene la caña!

El oboe es el instrumento más difícil según el Libro Guinness de los Records, junto con la trompa. Uno de los aspectos que influyen en su puesto en este ranking es que históricamente comenzar a tocarlo ha tenido una dificultad añadida: conseguir una caña que suene con facilidad. ¡Y eso tiene mucha caña!

Resulta llamativo que en Grecia se han encontrado escritos muy antiguos localizando zonas donde recolectar las briznas que mejor sonaban en el Aulos, uno de los antecesores del oboe en la antigüedad. Este detalle puede darnos una idea de la importancia de este elemento hasta nuestros días.

Afortunadamente, los avances técnicos y la investigación hacen que actualmente esta dificultad sea cada vez menor. Son muchos los oboístas y fabricantes que están dispuestos a demostrar que no es tan difícil como puede parecer.

Doble Aulos. Instrumento antiguo de viento
Double Aulos” by National Museum of Denmark, CC BY 4.0 , via Wikimedia Commons

¿Qué hace tan especial a la caña de oboe?

Hay mucha historia e información detrás de una caña de oboe. Lo más interesante es comprender qué la hace tan especial y comprender el contexto actual para apreciar la música que puede ofrecernos este maravilloso instrumento.

Aparentemente simple, esconde una gran complejidad, con multitud de variables dependientes entre si en delicado equilibrio.

La caña del oboe es un elemento delicado y a la vez con mucho carácter. La vibración, al pasar el aire entre sus dos láminas de madera, las palas, y batir entre ellas, produce el sonido que posteriormente es modificado en el instrumento.

Las palas van atadas con hilo a un pequeño tubito metálico (tudel) que tiene un corcho en el otro extremo para encajar en el oboe. La madera va raspada de una forma especial y así se consigue controlar la producción del sonido.

La caña de oboe produce un sonido que debe tener buen timbre, ser flexible y afinar correctamente. Todo esto dependerá del material empleado en su fabricación y encontrar el equilibrio de estos aspectos es la clave.  Además, la forma cónica del instrumento hace que la sala tenga también importancia en el sonido que acabaremos percibiendo. Es recomendable disponer de diferentes cañas para elegir la mejor en cada situación. El hecho de poder elegir, por consiguiente, puede entenderse como algo positivo y enriquecedor para conseguir hacer buena música.

Tradicionalmente cada oboísta ha desarrollado su carrera musical con cañas de oboe hechas a mano. En los últimos años se ha desarrollado una magnífica maquinaria que ayuda a producir cañas de alta calidad. Se tiene control desde la selección del material hasta la réplica de raspados de oboístas famosos. Sí, ahora todo es más fácil, pero recordemos que si queremos hacer música y disfrutar con el oboe necesitaremos cañas de oboe acabadas según el nivel del oboísta.

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